Fuimos junto con los padrinos y madrinas a visitar la mansión de Brujilda. Allí estaba ella junto a sus dos ayudantes. Preparó una pócima mágica para hacer volver a su novio Esqueletor a su tamaño normal, porque se le había encogido sin querer. Así que pidió una oreja, un mechón de coleta, un ojo, un pie y otras cosas aún más extrañas que pudo conseguir de entre los visitantes. Al final nos dio a cada uno una varita mágica y una fórmula secreta para hacerla funcionar (que yo no repito aquí para preservar la magia)
Después los padrinos y madrinas nos acompañaron a coger el almuerzo y salimos al patio a almorzar y a contar nuestras experiencias del terrorífico encuentro con Brujilda y sus experimentos.